¡Es nuestra tarea!

Todos somos políticos, en el diario vivir estamos haciendo política, cada decisión en nuestra vida se convierte en una acción política, por tanto se hace necesario vincularse efectivamente en el quehacer social, en miras a erradicar la idea obsoleta de que la política no nos corresponde, pues precisamente, ese desentendimiento ha generado que unos pocos se aprovechen de su posición de poder para favorecer los intereses particulares por medio de acciones corruptas, por tanto es necesario que mujeres y jóvenes, se integren en la sociedad como miembros activos del cambio.

Es nuestra tarea día a día empoderarnos de nuestro rol político, hacernos responsables de nuestras comunidades, por lo que es necesario transformar el pensamiento a uno que nos permita ser críticos, sociales y humanos para así ser miembros activos de las soluciones a las distintas problemáticas que surjan en el entorno social.

El contexto colombiano al estar enmarcado en dinámicas violentas a lo largo de su historia, en donde la falta de presencia estatal y entre muchos otros factores, han propiciado que la población ya no confíe en la política, volviendo a la sociedad cada día más apática al tema de la participación ciudadana, pues en lo político se han encarado todos los horrores del conflicto y a la población no ha le ha quedado más remedio que llorar la sangre derramada. Por eso es que se hace vital entender que la política no es de unos pocos, sino que es el elemento esencial para la toma de decisiones y es una de las formas de transformar cada uno de nuestros contextos y realidades, si bien este contexto hace que sea complicado el cambio hacia una cultura política más participativa, es aquí donde cada uno debemos ser agente de cambio, para así generar la posibilidad de propiciar procesos que incentiven las participación y se le enseñe a las generaciones que los preceden la posibilidad de un cambio para el desarrollo de una verdadera democracia y la consecución de la paz, garantizando así la vida digna de las personas, en donde el odio no aleje al campesino de la tierra, al estudiante del libro, a los hijos de sus padres y a los colombianos de su patria.

Somos los llamados a replicar la idea que, desde las comunidades más apartadas hasta las comunas de las grandes urbes, la paz surge con una apropiada toma de decisiones de la cual tiene que hacer parte toda la sociedad civil, y esto solo se puede conseguir mediante la enseñanza de lo que verdaderamente es la justicia, la democracia y los DDHH.

Es tarea de cada persona de lograr ver su capacidad de incidencia a nivel social y político, la importancia de la participación de la ciudadanía en la toma de decisiones públicas queda puesta de manifiesto en la posibilidad de acceder a las determinaciones del gobierno, propiciando que las necesidades reales de la sociedad se vean reflejadas en las acciones emprendidas a generar soluciones; es por eso que participar en los asuntos públicos es una manera para manifestar el poder que detenta la ciudadanía, la participación ciudadana en los asuntos públicos es vital para que la democracia se sostenga.

Uno de los más destacados politólogos estadounidenses contemporáneos, llamado Robert Dahl, hablando de democracia, destacaba que, todos los miembros de la sociedad deben ser políticamente iguales, deben tener oportunidades iguales y efectivas para hacer que sus puntos de vista sean conocidos por los otros miembros, donde todos deliberen y discutan sobre las decisiones políticas. En este sentido, como ciudadanos tenemos el compromiso de restaurar y proteger la participación en la sociedad; pues en el arte de gobernar en un régimen político democrático debe tener como principio trabajar por y para el pueblo. Por eso una de las luchas conquistadas en la Constitución Política de Colombia de 1991 es la participación ciudadana, pues ésta se convirtió en un pilar fundamental y trascendental para tomar una postura crítica y activa en el ejercicio de gobierno.

Nuestra Constitución generó mecanismos para que los ciudadanos influyan en la exploración de diversas soluciones para los problemas que aquejan las comunidades y es nuestra tarea asumir nuestro rol de líderes, ya que ser líder es impulsar a los otros, es hacer un proyecto colectivo, es tejer comunidad, por eso debemos repensar el papel de quienes encabezan la toma decisiones, reflexionar e ir por otro camino revisando la manera en la que lo estamos viviendo la democracia, propiciando liderazgos que su principal deseo no sea figurar , sino personas que quieran impulsar la transformación social, antes que el bienestar individual.

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Es nuestra tarea día a día empoderarnos de nuestro rol político, hacernos responsables de nuestras comunidades.

Para pasar de lo íntimo a lo colectivo ¡el teatro! Como la posibilidad de convertir en imágenes estas preguntas a través de actos estéticos, éticos y políticos.

En este cruce de caminos siempre he encontrado la complicidad y la amistad para soñar y crear, es en las entrañas de estas complicidades que nace la Colectiva Teatral La Caldera como un lugar para el encuentro, para la investigación y la creación de procesos y actos creativos que, desde una perspectiva de género, pongan en la escena otras narrativas que reivindiquen el cuidado y el respeto por la diferencia, develando en lo íntimo y en lo público las diferentes problemáticas que recaen sobre nuestros cuerpos como hombres, mujeres, personas no binarias, en una sociedad que impone ciertos modos de estar y relacionarnos mediante roles y funciones “incuestionables”, con la intención de abrirle paso a preguntas, reflexiones y sentires sobre otras formas de fabular la realidad que nos permite imaginarnos -en- otros escenarios en los que podamos vivir más libre y auto determinadamente.

Es nuestra tarea concientizarnos sobre la importancia del SER MÁS HUMANOS, tener claro los valores, los principios y la ética; aportemos nuestras cualidades como personas para el mejoramiento continuo de la sociedad, servir es sinónimo de dar lo poco que tenemos al que lo necesita, brindar soluciones para el crecimiento de la sociedad, transformar el mundo que tenemos ahora por un lugar lleno de oportunidades, esto es lo que necesitamos, recordar que todos somos uno, que cada uno de nosotros merecemos ser tratados con igualdad pero con equidad que corresponda. Hacer antes que ser será la clave para obtener un mundo con equidad, respeto, amor, tolerancia, sin egoísmos, aportando siempre ideas que generen un impacto colectivo, porque quizá no podamos cambiar todo el mundo, pero si el mundo que nos rodea.

Escrito por: Maria Antonia Cardona Osorio

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