Reconstruir la productividad

27 de Abril 2024

Daniela Baena
DIRECTORA EJECUTIVA (CEO)

Levantarnos, organizarnos, dirigirnos al trabajo, prender el computador, entregar la mayor cantidad de resultados al día, evitar conversar más de la cuenta, y no malgastar el tiempo del almuerzo, seguir haciendo informes, terminar tu horario laboral y regresar a casa a tomar tu siguiente turno (familia, ocio, estudio, proyectos personales, entre otros) … En todo esto, ¿que define nuestra productividad?

Hace poco uno de mis jefes solicitó hablar conmigo personalmente en su oficina, comenzó con algo como…” mira, honestamente no tengo ninguna queja de tu trabajo, tampoco he recibido comentarios sobre la calidad y la cantidad de tus responsabilidades. Sin embargo, siento que estoy perdiendo a la persona que contraté, ¿Quisiera saber qué te pasa?, […]” honestamente, no me esperé esa conversación, y mucho menos tener que repensarme el significado de ser productiva para una organización.

Para quienes se pregunta que me pasaba, bueno; diría que estaba quemada mental, emocional y físicamente, había perdido el sentido de mi propósito y, sobre todo, me había desconectado de lo que me apasiona, además reconozco que no ha sido fácil ejercer mi originalidad en un espacio donde hay un sistema predeterminado del cuál mi tarea es adaptarme … ¡bueno, eso es lo que llegué a creer!

Repensar el significado de productividad parte de entender que no me están midiendo o evaluando en la organización por las tareas que haga, por el número de informes que desarrolle y tampoco por la cantidad de reuniones a las que asista (seguramente esto cambia según la persona que lidere). Ha sido ver que, son esas aristas o puntos de mi trabajo donde hay oportunidades de mejora y que desde mi diferencia puedo transformar; son también los actos de iniciativa que surgen desde el amor por lo que se hace y finalmente, se mide en la calidad de las relaciones que pueda crear con mis compañerxs (así que las conversaciones, sí, son importantes).

Sentirnos productivxs es también sinónimo de sentirnos creativxs, innovadorxs, pero sobre todo sentirnos parte de algo más grande que nosotrxs mismxs. Hace poco he leído, un libro que indica que las personas más productivas terminan siendo quienes toman la iniciativa de no se ceñirse estrictamente a lo predeterminado y que por el contrario se atreven a encontrar nuevas formas y opciones de hacer su trabajo, y que, esa iniciativa por pequeña que sea, es una ventana que permite ver e incluso crear en nuestro empleo, el trabajo que soñamos.

Si miramos la productividad en una empresa, entendiéndolo no solamente como la cantidad de servicios o productos generados en relación con los recursos utilizados, podemos ver que es una forma de evaluar otros factores, como el talento humano, la competitividad, el nivel de desarrollo e innovación y la capacidad adaptativa de la organización. Esto implica también nuevas formas de liderazgos en los equipos y sin duda alguna, conversar sobre desarrollo intergeneracional (porque, ajá… No olvidemos que quienes lideran, normalmente no siempre coinciden generacionalmente con quienes están en sus equipos o el talento humano que está llegando).

Así que, pensándome un poco sobre las formas de incentivar la “productividad”, Adam Grant en su libro Originales, me ha introducido en un término que puede aportar a esto, VujaDe. Cuando nos encontramos con algo nuevo, pero sentimos como si lo hubiéramos vivido antes o visto antes, lo conocemos como DejaVu; VujaDe, sería lo contrario, cuando nos enfrentamos a algo conocido, pero lo vemos con una nueva mirada que nos permite tener nuevas percepciones sobre lo conocido. Esta alternativa es esencial para promover creatividad en las personas de los equipos, y es dejar de ceñir a cada persona al sistema ya predeterminado, y por el contrario incentivar miradas ajenas a lo establecido, encontrar nuevas alternativas y permitir la evolución.

Por eso, si hablamos de productividad, debemos ligar a esta conversación de manera íntima la construcción de los diferentes liderazgos. Transmitir motivación, fuerza, miradas curiosas, inspiración, conocimiento, capacidades, responsabilidades y poder, requiere de líderes conscientes, sólidos y dispuestos a evolucionar, y hacer que su equipo también se transforme de manera constante. Esto permite a su equipo incentivarse en asumir riesgos, ver las cosas desde diversos puntos de vista (VujaDe) y, sobre todo, ser productivxs. El sello de la originalidad y la productividad es rechazar lo predeterminado e investigar si existe una mejor opción.

Y bueno, que ha pasado conmigo después de esa conversación, primero he validado que mi originalidad y mis destrezas no deben dejarse de lado por adaptarme, por el contrario, pueden ser herramientas para generar cambios incluso en el sistema; hablar es una alternativa efectiva para manejar los momentos complejos; repensar mis acciones en la empresa me han llevado a tener iniciativa de hacer algo nuevo, no estoy segura que funcione pero si quiero intentarlo, y por último, mis expectativas y proyecciones en la organización se han limitado a convertir mi entorno diariamente en un espacio de disfrute, aprendizaje y construcción (parte de ir en contra al status quo es no aspirar únicamente a un ascenso o mayor ingreso económico, hay más elementos de fondo que me mueven).

Termino resaltando el reto de los liderazgos que están emergiendo, transformar el concepto de productividad y llevarlo la construcción de espacios de evolución, innovación y seguridad para cada persona que sea parte de los equipos, es fundamental para el desarrollo de empresas y organizaciones.

Con esto quiero honrar cada retroalimentación que he tenido en la empresa, y a una comunidad que sigue en transformación y aprendizaje: EL DESEMPOLVADERO, en EPM.

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