¡Soy porque Somos!

04 de Septiembre 2023

Sarita Estefanía Mora Pantoja
Fellow Wom-en

¡Somos la tierra de los volcanes
Somos el Pueblo de los Pastos
Somos el sur!

Habitar el sur, caminar sus territorios, conocer su biodiversidad, aprender de sus comunidades, entender sus dinámicas sociales y ambientales, me ha llevado a encontrar mi propia voz…

Nariño es un departamento con un alto porcentaje de biodiversidad, en el confluyen páramos, bosques secos y tropicales, manglares y zonas costeras; las comunidades indígenas convivimos en medio de esta gran riqueza natural. El gran territorio de los Pastos conocido como el Nudo de la Wuaka, es un escenario geográfico con dinámicas e identidad propia, el cual posee gran variedad de ecosistemas naturales y lugares sagrados; para nuestra comunidad, el territorio es considerado como un ser vivo, al que llamamos Madre Tierra.  Actualmente nuestro territorio afronta muchas vulnerabilidades sociales y está expuesto a múltiples problemáticas ambientales que se intensifican cada vez más con el cambio climático, es por esto que vivir en este entorno natural conlleva un gran compromiso con la vida y las futuras generaciones; fomentar y fortalecer la participación de las comunidades indígenas en torno al cuidado del territorio es fundamental, ya que ser parte de la naturaleza en la que vivimos es un hecho que marca nuestro conocimiento y cultura, es por esto que las mujeres nos hemos convertido en guardianas y protectoras de la vida.

Las mujeres indígenas, rurales, comuneras desempeñamos un rol importante dentro de la sociedad, el vínculo que tenemos con el territorio, nos permite habitarlo de diversas formas y renovar las relaciones ser humano – naturaleza; la perspectiva de cuidado, el conocimiento propio y la visión integral nos permiten apropiarnos de nuestros territorios, no obstante, somos vulnerables a las crecientes tensiones ambientales y a las situaciones climáticas que se presentan, como también a los efectos de la desigualdad social, es por eso que el liderazgo y empoderamiento de la mujer en los procesos de conservación de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos de los territorios, se enfrenta a muchas restricciones y retos como la invisibilidad del trabajo y conocimientos, la limitada participación en escenarios de toma de decisiones, entre otros; sin embargo, cada día proponemos ideas, estrategias, nos unimos y vencemos barreras para construir un futuro más justo, inclusivo, equitativo y resiliente; las mujeres somos quienes le hacemos frente al cambio climático desde las prácticas cotidianas, los saberes tradicionales, la cultura, el activismo, la incidencia y la participación en procesos comunitarios.

Para mí como mujer indígena el cuidado de la Madre Tierra es algo esencial para el desarrollo de nuestras comunidades y la pervivencia de nuestra cultura como Pastos, el voluntariado ha sido una de las herramientas más importantes, que me ha permitido incidir y contribuir a mi territorio tanto a nivel local como departamental; a través de un proceso de más de tres años, el cual me ha llevado, a encontrar mi propósito de vida, a conectar con otras voces y construir desde la diversidad; esto me ha permitido entender que trabajar desde lo colectivo es la base para todo; durante este tiempo he podido liderar procesos enfocados a la acción y mitigación del cambio climático, donde pude aprender, co-crear, construir e implementar junto a jóvenes de mi departamento proyectos que han tenido incidencia en algunos de los territorios del Suroccidente Colombiano; dentro de mi comunidad he podido generar acciones participativas de educación ambiental y reforestación en ecosistemas de alta montaña, al mismo tiempo he podido fomentar en niños y niñas de escuelas rurales y urbanas el cuidado y protección de páramos y la apropiación de las tradiciones y cultura propia, esto gracias al apoyo incondicional de un gran equipo que ha estado dispuesto a jugársela toda por el medio ambiente, como también de la cooperación de cada actor público o privado con los que se han podido tejer alianzas para llevar acabo incitativas que han permitido fortalecer la gobernanza y la gestión ambiental en los territorios. A través de cada espacio, cada minga, cada territorio, he comprendido que todos tenemos un propósito en común y que desde las diferencias podemos ayudar e impactar positivamente a las comunidades y a nuestro entorno natural, esto a la vez ha contribuido para convertirme en una herramienta de trasformación, empoderamiento y resistencia dentro de mi comunidad.

Finalmente los desafíos climáticos que tenemos nos exigen que impulsemos la igualdad de participación en toda su diversidad por eso es vital promover el empoderamiento de las mujeres indígenas y rurales en la planificación y la toma de decisiones, así como su participación en la implementación de las medidas orientadas a la mitigación y adaptación al cambio climático, las cuales estén encaminadas hacia una sostenibilidad ambiental y conciencia social; de igual forma la construcción de proyectos que se enfoque a la acción climática deben estar enmarcados en la igualdad e impulsar la inclusión social y así involucrar a las mujeres como agentes de desarrollo local en diversos sectores ambientales, ya que es fundamental la inclusión de la perspectiva de género dentro de programas y proyectos integrando los conocimientos de las mujeres en su diversidad y de los pueblos indígenas en el diseño e implementación de respuestas al cambio climático, la degradación ambiental, la contaminación y la pérdida de la biodiversidad y al mismo tiempo que se garanticen los derechos y se protejan las prácticas de las comunidades.

Soy porque somos un territorio, una comunidad, un propósito, una voz, somos mujeres que buscamos ser agentes de cambio, que trabajamos por una transformación no individual sino colectiva, soy porque somos.

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