Mi camino,
mi lucha, mi transformación

16 de Agosto 2023

Andrés Tombé Morales

Como cualquier persona, soy alguien soñador, enfocándome siempre en trabajar en la búsqueda de cambios que impacten de forma positiva a mi desarrollo personal y en la de mi comunidad. Con el fin de superarme y aprender cada vez más, siempre muy curioso en buscar y participar en nuevos espacios.  En ese buscar encontré en mi camino a Wom-en y en su momento cuando me postulé al programa de Youth Social Impact Leaders estaba en una etapa muy difícil de mi vida, muchas de esas noches, cuando mi familia descansaba, me subía al último piso del edificio y solo pensaba en los motivos para terminar con mi vida. No sé, si finalmente no terminé con mi vida por cobardía o valentía, pero sí debo reconocer que, si decidí seguir y hoy contar mi historia, además de comprender, aprender y afrontar la DEPRESIÓN. 

A pesar de ser una persona soñadora y que trabaja fuerte por hacer realidad cada sueño, soy una persona que me pongo metas muy estrictas, y que cuando no las cumplo me doy garrote (sé que debo mejorar en esto), muchas veces me decía que nunca podría lograr cumplir esos sueños, y los sentimientos de frustración me invadían constantemente.

Cuando me llego la noticia de que era unos de los 21 jóvenes seleccionados para el programa en Wom-en, en el fondo estaba supremamente feliz, pero esa felicidad rápidamente fue opacada por la depresión, pero nunca pensé que al estar en el programa iba conocer personas tan increíbles, los cuales me ayudaron a ver de forma más diferente el mundo y a mí mismo … y que dos años después sería el camino que me llevaría a cumplir uno de mis tantos sueños, pero uno de los más importantes para mi vida ¡Mi primera experiencia fuera del país!

A principios de este año, recibí la noticia de parte de la organización para representar mi liderazgo y mi camino en Austria en el Transformig Co-Action Summit. Esta noticia se expandió rápidamente en mi comunidad (comunidad indígena Misak, en Silvia Cauca) y cuando apenas llegue al territorio, muchas personas me abordaron con tantas preguntas que me sentí un poco asustado, pero algo que me marcó mucho de ese momento, fue que, en su mayoría, para no decir que todas las personas, tenían en común la siguientes percepción: ¡Yo nunca lograré estar en otro país o en espacios como esos! Al escuchar tantas veces esto, no puedo negar la tristeza que me genera pensar que los sueños de muchos jóvenes en mi comunidad, tienen un gran techo de cristal, pero también me valido a mí mismo que soy un ejemplo real para muchos de ellos en romper ese techo; donde vale la pena soñar, y trabajar por hacerlos realidad, y porque nunca se sabe cuándo y cómo se cumplirá. 

El viaje a Austria fue algo inesperado, quizás algo loco ¡fueron solo dos semanas para preparar el viaje! que en mis condiciones o en planes a corto plazo ni siquiera veía oportunidad o ni siquiera estaban planeadas, pero cada espacio con el programa de Wom-en, personas como Daniela, Eloise, entre otras, pero sobre todo cada paso que he desarrollado en mi ejercicio de liderazgo me dieron las bases para crear una casa con muchas puertas llenas de oportunidades como la de Austria.

Para mi, el viaje a Austria, en todo los aspectos y sentires fue nuevo, desde el momento que conocí   presencialmente a Daniela, después de dos años de conocer y charlar mediante medios tecnológicos. La comida, la gente, la cultura, los paisajes fueron totalmente nuevos con los cuales puedo sacar muchos aprendizajes y conclusiones, pero lo más importante que puedo decir es que la realidad supera lo que se ve en fotos y videos. En la actualidad usando la tecnología podemos comunicarnos con cualquier persona y conocer lugares desde la comodidad de nuestras casas, pero estar en esos lugares y hablar con las personas frente a frente, los sentires, aprendizajes y conexiones son especiales y valiosos, lo cual agradezco a este viaje, poder conocer lugares increíbles pero lo más especial: de las personas increíbles que puede conocer y aprender.

Respecto a los retos que viví, de alguna manera fue el inglés, pero a pesar de no entender el 100%, pude entender y aportar en los espacios según mi capacidad, aclarando que, en ningún momento del evento, me sentí excluido, al contrario, fue un espacio donde podía participar y dar mis ideas de forma libre, incluso en los momentos incomodos.

Estoy sumamente feliz y agradecido por todo, por las personas, actividades,  lugares y todavía, varias semanas después del viaje  sigo procesando y pensando en mis conclusiones, pero lo que si puedo decir es que “La educación crea trasformaciones” y un ejemplo de esa transformación soy yo mismo, proveniente de una familia de 6 hermanos, indígena y recursos económicos limitantes, pero que las ganas de superar y trasformar personalmente y a mi comunidad Misak, logre llegar en este espacio dando la voz de las comunidades indígenas, espacios que en la mayoría de los casos no hay representación de las mismas, pero así sea con solo la misma presencia, permite dar la voz de que espacios en donde se debaten la creación de estrategias de educación sean incluyentes para nuestras realidades.

La experiencia en Austria realmente me transformo y me cambió de forma positiva, por lo tanto, tendrá muchas implicaciones positivas a futuro a nivel personal, profesional y comunitaria para seguir trabajando por un mundo mejor y equitativo.

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