¿Perdida en la oscuridad? Mi viaje de regreso a la luz

 (y cómo tú también puedes encontrar tu Nueva Yo)

11 de agosto de 2025

Leidy Berrio

¿Alguna vez te has sentido invisible, atrapada en una vida que no reconoces? ¿Como si la persona que solías ser se hubiera desvanecido, dejando un vacío que te consume por dentro? Si en este momento tu alma grita, pero tu voz se ahoga en un silencio ensordecedor, quiero que sepas que no estás sola. Yo estuve allí. Y hoy, quiero contarte mi historia, la de una mujer que encontró la manera de renacer.

Hace seis años, la vida me regaló el sueño de ser madre. Había anhelado a mi hijo durante más de tres años, y cuando por fin lo tuve en mis brazos, se suponía que mi corazón rebosaría de alegría. Pero la realidad era otra. Una sombra silenciosa se apoderó de mí: una depresión posparto tan profunda que me robó la luz, el apetito, las ganas de levantarme de la cama. Bajé más de 20 kilos, sentí que me estorbaba la gente cuando me visitaban y si estaba sola, las lágrimas no paraban.

Me caracterizaba por ser una mujer alegre, positiva, y me sentía tan culpable por sentirme mal que lo ocultaba todo. La pandemia nos encerró, y con ella, mi mundo se hizo minúsculo. Aislada de amigos, familia, de cualquier contacto social que me diera un respiro. Estaba agotada, frustrada, triste. Mi cuerpo se sentía sin energía para cuidar a mi bebé, ser esposa, ama de casa y trabajar, simplemente no respondía. Mis músculos se contraían, el asma me asfixiaba… Mi cuerpo gritaba lo que mi alma callaba.

Sentía que lo tenía todo para ser feliz, pero me sentía vacía, sin propósito, estancada. Recuerdo que alguien cercano a mí dijo: «Hasta aquí te llegó la vida buena». Esas palabras se clavaron en mí, confirmando el miedo que ya sentía: estaba al borde del colapso.

Pero entonces algo pasó. En lo más profundo de ese océano de emociones, cuando sentí que ya no había más que perder, un «click» surgió una chispa. Esa chispa divina que siempre supe que habitaba en mí. Fue como si una luz tenue comenzara a perforar la oscuridad y me impulsó a buscar. A buscar adentro, porque entendí que lo que no estaba bien afuera, nacía de lo que no estaba bien en mí.

Y así fue como empecé mi propio camino de regreso. Un camino de descubrimiento y reconstrucción. Hoy, soy una mujer empresaria, segura, fuerte, valiente, auténtica, consciente, disciplinada y amorosa. Y quiero compartir contigo las 16 acciones que me sirvieron para crear esta nueva versión de mí:

16 Pasos Hacia Tu Renacer

  1. Respiración consciente: El ancla en el presente.
  2. Orar y Meditar: Conectar con lo superior y contigo misma.
  3. Practicar la contemplación: Observar la belleza en lo simple.
  4. Diario de gratitud: Reconocer lo bueno, incluso en los días grises.
  5. Mantras de poder: «Esto es temporal», «El niño va a crecer», «Vivo el aquí y el ahora». Palabras que transforman.
  6. Escribir mis miedos: Sacarlos a la luz para desarmarlos.
  7. Identificar y romper creencias limitantes: Esas cadenas invisibles que te atan.
  8. Perdonar y perdonarme: Liberar el peso del pasado.
  9. Soltar el control: Fluir con la vida.
  10. Escuchar mi cuerpo y mis emociones: Son tu brújula interna.
  11. Hacerme responsable de mis emociones: El primer paso para transformarlas.
  12. Cambiar mi narrativa interna: De «no puedo» a «soy capaz».
  13. Poner límites sanos y expresar mis sentimientos: Proteger tu energía.
  14. Tomar terapia: Buscar una guía profesional. No es debilidad, es valentía.
  15. Cambiar hábitos: Comer mejor, beber agua, hacer ejercicio, evitar el alcohol, dormir 8 horas. Tu cuerpo es tu templo.
  16. Practicar un hobby: Para mí fue la lectura. Encuentra tu escape, tu pasión.

Tu Camino Hacia la Nueva Tú Empieza Hoy

Quizás lees esto y piensas: «Son muchas cosas, ¿cómo voy a lograrlo?». Y sí, es un camino, no un atajo. El cambio no sucede de la noche a la mañana; requiere disciplina, constancia, fortaleza y firmeza. Pero te prometo algo: cada paso es más fácil que el anterior. Cada pequeña acción te acerca a esa Nueva Tú que tanto anhelas.

La vida es efímera, y nada dura para siempre, tampoco el estancamiento. Así que, ábrete a la posibilidad, ármate de valor y da el primer paso. HOY. No tienes que ver todo el camino, solo el primer escalón.

Y cada vez que sientas que vas a desfallecer, aférrate a esa promesa de tu nueva versión. Recuerda que podemos cansarnos, parar, desviarnos, incluso querer volver atrás. Pero piensa en esto: ¡tendré en mis manos lo que ahora puedo ver en sueños¡ Esa es la gasolina que te impulsará.

Si te sientes identificado con mi historia, si anhelas esa versión más segura, valiente y feliz de ti misma, la fundación Wom-en está aquí para acompañarte tal como lo hicieron conmigo. Queremos que sepas que tienes la fuerza dentro de ti. ¿Estás lista para dar el primer paso?

@soyleidyberrio

Esta era yo antes de ser madre una mujer a la que le faltaba conocerse mejor, una ejecutiva junior a la que le faltaba seguridad en sí misma, así la foto proyectara algo diferente.

Esta soy yo a mis 30 años saliendo de un puerperio con las hormonas a tope, cansada con despertares nocturnos cada 2 horas, pensado 78 kilos, con una mirada triste empezando mi depresión.

Esta soy yo, luego de un año de lactancia exclusiva materna, de una depresión profunda, pesando 55 Kilos, con la mirada baja con una sonrisa que ocultaba mi dolor y mi frustración.

Esta soy mi nueva yo luego de 6 años, una mujer empresaria, segura, fuerte, valiente, auténtica, consciente, disciplinada y amorosa.

Hoy honro cada etapa de mi vida y agradezco a mi hijo por ser mi maestro y permitirme crecer de manera tan exponencial.

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